todos la pierden y te echan la culpa
Si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de tí ,
pero, a la vez, tienes en cuenta sus dudas;
si puedes esperar y no cansarte con la espera,
o siendo engañado por los que rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y, no obstante, no parecer ni demasiado bueno ni hablar con demasiada sabiduría
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar ver la verdad que has dicho ;
tergiversada por los bribones para hacer una trampa para los necios;
o contemplar destrozadas las cosas a las que has dedicado tu vida
y agacharte y construirlas con herramientas desgastadas
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo, de una vez, a una sola carta,
y perder y comenzar de nuevo como al principio
y no dejar escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
si puedes obligar a tu corazón, a tus músculos, a tus nervios
a servirte mucho después de que hayan perdido su fuerza
excepto la voluntad que les dice: ¨continuad ! ".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre reyes y no cambiar tu manera de ser
o si ni los enemigos , ni los buenos amigos, pueden dañarte,
si todos los hombres pueden contar contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya será la tierra y todo lo que en ella hay
y lo que es más, serás hombre, hijo mío.
Kipling en 1892 |
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