Sefarad

 Hace un decenio, apareció en una revista, presuntamente humorística, la caricatura de un dirigente israelí. Este dibujo lo representaba con nariz de cerdo y una cruz gamada en las suelas. Dejando aparte lo soez de la burla y el desprecio a sus electores, nos retrotrae al antisemitismo arraigado en nuestras mas oscuras e inquisitoriales tradiciones. Además de resaltar un análisis simplista del conflicto árabe-israelí, del que el autor es ignorante entre los ignorantes.
 Este antisemitismo se remonta a la presencia judía en la Península Ibérica. Heródoto la sitúa, por primera vez, en torno al siglo X a. C., con Tarsis como punto mas alejado del comercio judío, . Este lugar sería el origen del condimento romano llamado Garum. Fueron estos los que, paradòjicamente, destruyeron el punto de origen, Cartago, obligando a sus habitantes, los judíos entre ellos, a cruzar el Mediterráneo en dirección a la Península Ibérica.El Rey Salomón estableció con estas comunidades, el comercio perdido con Cartago. Fue en los yacimientos sobre estas ruinas donde se encontraron versiones del Antiguo Testamento, que datan del 500 A. de C. Estas comunidades se vieron reforzadas con la huída de los judìos del imperialismo asirio que destruyó Jerusalén. Estas Comunidades ibéricas establecerán un nuevo centro espiritual en la antigua Toledo. Estamos en el siglo VI A. C.
 Salomón, desde las costas mediterráneas de la antigua Saba, mantuvo contacto comercial con la antigua Sefarad. Esta convivió con las antiguas colonias griegas  y, sobre todo, romanas.
 los latinos, ocupantes del actual  Israel, toleraron el Gran Sanedrin como tribunal consuetudinario y religioso judío. Esos mismos solo condenaron a Jesús como incitación a la sedición por proclamarse Rey de los judíos y, por tanto, rival del César.
 Mientras tanto las comunidades judías en el Mediterráneo hispano iban medrando desde la esclavitud a la influencia. Esta debió ser tan importante que la Iglesia Cristiana se sintió, por primera vez, amenazada. Dió lugar al antisemitismo-obviando el hecho de que Jesús y su Apóstoles eran judíos.
 Los hebreos prosperaron bajo Roma, y se asentaron bajo los visigodos, convirtiéndose en pequeños propietarios de tierras.
 Pero es en torno a ellos donde, las comunidades cristianas, crean mitos y leyendas que los asocian a ritos ancestrales y tribales de la humanidad, apoyándose en la pretensión judía de proceder de la tribu de Judá
 En el siglo V se produce en Mallorca la conversión forzada de los judíos al cristianismo.
 La comunidad judía mas antigua era la mas alejada de Israel, Sefarad. Aquí establecieron, como en Massada, una resistencia heroica. Fué en Magona (Baleares) y, a diferencia de la fortaleza de Oriente Medio) esta comunidad prevaleció, llegando hasta nuestros días

Juderìa en Toledo

 Desde Jaime I hasta Fernando de Aragón, la tolerancia hacia los judíos fué grande, hasta que este se casó con Isabel de Castilla y compartió su intolerancia religiosa, hasta el punto de acordar con ella la expulsión de los judíos de sus reinos, a la vez que Granada era conquistada. Así España, que iluminó al mundo con un descubrimiento, incorporó a su ADN una parte oscura: El antisemitismo que condenó a Sefarad a ser un sueño nostálgico y quimérico entre los judíos.
Los Reyes Católicos inauguraron en base religiosa y no racial,, la judeofobia, tradición lamentable, que llegó hasta nuestros tiempos, siendo compartida, por la derecha y las izquierdas mas extremas..




Este artículo ha sido posible gracias a la  colaboración de Egeria, administradora del blog Permesso Avanti