jueves, 16 de abril de 2020

COTTON CLUB

                                                                                      Fue mi primer encuentro con la película Cotton Club. No fue mi primer encuentro con Francis Ford Copola. Este era muy anterior; con la maravillosa El Padrino y un siniestro Marlon Brando que apareció entre sombras - para disimular su obesidad -lo que le daría un aspecto más siniestro aún. Sólo Coppola puede hacer de la necesidad ( empleo de las sombras para disimular la barriga de Brando ) virtud; como en Apocalypse Now
 Esta película ; Cotton Club ; pondría banda sonora a la recreación de los años 20 en EE. UU. y a mi vida.
 Esta maldición - Para un aficionado la sed de Jazz es insaciable - todavía me atrapa ( y lo que me queda ). Para mí el Jazz no es una tranquila afición. Se ha convertido, ya, en una perturbadora adicción. El Jazz no es algo que paladeo con tranquilidad. Es algo que devoro con fruiciosa necesidad. Es un veneno que necesito en grandes dosis y sólo puedo conseguir en pequeñas - como perteneciente a una minoría de desgraciados seres humanos condenados a vivir al margen de las modas mayoritarias para ir tirando ( ahora mejor gracias a YouTube.)
 Pues bien : todo esto comenzó a mediados de los ochenta en una sombría sala de Cine coruñesa - para mí - cuando, por gracia del Dios Coppola, las idealizadas Cotton Club Girls bailaban al ritmo de una misteriosa melodía que aún hoy ( 15 años después ) siento como propia.
 ¡ Que más me da si Cab Calloway actuaba en sustitución de Duke Ellington o se sucedieron en el tiempo !. Que es Cotton Club. El Templo del Jazz; maldita sea !!



                                     

No hay comentarios:

Publicar un comentario