MARÍA de COLOMBIA

 Mis viajes dominicales en el bus urbano de Ferrol dan para mucho. Muchas anécdotas e historias. La última ocurrió el pasado domingo. Me explico: yo salí de mi Residencia a primera hora de la mañana. Hacía frío. Mucho frío. Llevaba mi jersey más grueso y, encima, mi chaleco plumífero. Además iba sujeto a la silla por un amplio cinturón a la altura del pecho. A primera hora iba bien pero, conforme se acercaba el mediodía, me empezó a sobrar ropa.
 Cerca de la una y media me dirigí a la parada para coger el bus que me llevaría al lugar donde como.
 Allí me di cuenta de que, si cogía el bus tan abrigado, sufriría un golpe de calor - ya me había pasado otras veces -. Y no podía sacarme la sujeción y el chaleco solo.
  Me dirigí a dos conductores que esperaban el bus igual que yo. Les pedí, educadamente ( no sé hacerlo de otra forma ) si me podían ayudar. Asperamente me dijeron que no. Que no podían porque estaban esperando el bus . Bus que tardó varios minutos en llegar y otros tantos en arrancar.
 Entonces reparé en una señora, madura pero bien conservada y atractiva. Le pedí el mismo favor y enseguida, sin dudarlo, accedió encantadora. Se presentó e iniciamos una entretenida conversación. Me dijo que se llamaba María y que era colombiana. Que estaba en Ferrol para visitar a su hijo y a su nieto. Con toda naturalidad me dijo su edad ( que no aparentaba ) y que no diré porque me considero un caballero. Tuvimos una agradable charla y se quejó de lo poco amables que somos los españoles. ¡ Si yo le contara! - pensé -. Ella estaba aguardando otra línea distinta a la mía. Pero esperó conmigo, me dijo, hasta que subiera a mi bus y estuviera segura de que subía bien.
 Así fue. El bus partió y yo me fui con una sonrisa. Una sonrisa vergonzosa, como español, por la lección de humanidad y educación que nos dio  esta Señora. María de Colombia. Y aún habrá españoles racistas que se crean superiores a los sudamericanos!!