El pasado domingo hacía frío y tenía hambre. Mucha hambre. Era media mañana y hacía horas que había desayunado. Y faltaban otras tantas para la comida.
En eso, al dirigirme desde la C/ Concepción Arenal hacia el Museo Naval de Ferrol, vi - en la C/ de la Iglesia - este establecimiento abierto. Ya lo conocía de cuando estaba a varios metros de distancia.
Allí decidí entrar para comprar fruta.
En su interior se encontraba Carmen. Carmen es una atractiva mujer. De conversación amena..
Me ofreció, amablemente, un té y una pieza de fruta que consumí allí mismo.
Hablamos de los proyectos de la empresa para la que trabaja. También tratamos los problemas de la noche ferrolana ( Carmen está preocupada pues es madre de dos hijos adolescentes) Una mancha de sangre en la puerta era testimonio de su preocupación. En fin: que fue, a pesar de todo, una conversación muy agradable. Al terminar - y con su permiso ( nunca saco fotos sin permiso de los afectados. Es ilegal y muy maleducado ) - saqué esta foto del exterior del local y, como agradecimiento, la publico junto con este relato.
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