Hallé, en la Calle Monforte, una cafetería - el Marea Brava - con buen aspecto. Parecía limpia y moderna.Ideal para leer.. Allí entré y me llevé una grata sorpresa. Aquello que sonaba era Blues !!.
Empecé a frecuentarla. Me hice amigo del dueño ( cuyo nombre lamento haber olvidado ). Con él mantuve memorables conversaciones sobre este estilo musical. La decoración - marina - como correspondía al nombre del establecimiento y la iluminación adecuada, fueron testigos de la conversación de dos fanáticos del Blues. Entre música de Clapton y de Javier Vargas nos hicimos amigos. Intercambiamos resoros blueseros y hablamos. Hablamos......
Con el tiempo, una chica maravillosa, con cuerpo de blues y alma de bolero , me ofreció actividades más interesantes.
Atrás quedaba el Marea Brava. Nunca volví. Pero , cuando tengo un mal día, me gusta cerrar los ojos e ignorar los consejos del Maestro Pérez - Reverte ( Hay lugares a los que resulta imposible volver ). Por eso intento volver al Marea Brava y pongo esto:
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