No hace mucho me enteré de que una amiga, hace tiempo despedida de una tienda, ganó el juicio por despido improcedente. Esa tienda forma parte de una potente multinacional
La sentencia hace que tenga que recibir una indemnización - tan justa como necesaria -. Esto me da pié para la siguiente reflexión:
1.- He recuperado, momentánea y puntualmente, la fe en los Tribunales ( Fe que había perdido en 1991, cuando comencé a trabajar para la Administración de Justicia ) Me temo que esa recuperación es efímera
2.- No entiendo esta sociedad en la que el capital es más importante que el Trabajo.
3.- Tampoco entiendo a la derecha, que se envuelve en la bandera mientras se desentiende de la suerte de los trabajadores españoles.
La Nación es tradición, de acuerdo, pero también es la suma de los ciudadadanos ( la mayoría trabajadores ) que estan pagando - a un alto precio - la crisis.
No sé cual será la solución. Ni soy economista ni quiero serlo. Una vez leí que un economista es un experto que se pasa media vida haciendo previsiones equivocadas y la otra media justificando sus errores
Pero sé que esta no es la solución. Lo será en las cifras macroeconómicas. Pero que se lo cuenten a esta amiga ! Y a otro querido amigo que lleva tiempo malviviendo con un contrato temporal y a tiempo muy , pero que muy, parcial. Esta amiga ha tenido suerte con la indemnización.
Pero hay muchos españoles que no la han tenido. Españoles de quienes no se acuerdan Rajoy y a Pedro Sánchez - ¡ malditos sean ! - (cuando se emocionan ante la bandera y el himno )
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