viernes, 14 de noviembre de 2025

LA PUERTA DE LA LUNA

 


En Córdoba se pueden visitar muchas cosas. La hora mejor es el atardecer. Son muchas cosas las que hacen de Córdoba un lugar mítico, conocido por todos los turistas. Pero hay otros no tan famosos que despiertan nuestra parte más bucólica.

A mi uno que me gustó mucho fue La Puerta de la Luna, cercana a las estatuas de Averroes y de Séneca.

Esta puerta es el acceso a la Judería desde el Alcázar Viejo o desde la calle Doctor Fleming. La entrada está trescientos metros al sur de la Puerta de Almodóvar. El origen es la calle de la Luna. Antes era un callejón sin salida que ahora da acceso a la puerta homónima.

Pasado el arco y el pasadizo, se llega a una pequeña plaza en la que destaca la fuente adosada a la pared frontal. Curiosamente esta parte es muy moderna, puesto que la fuente fue proyectada en 1964 por José Reboño y dedicada al dios Pan, simbolizado por un niño que toca la flauta. Esta escultura es de Rafael García Rueda, que utilizó la cara de su propio hijo como modelo.

Encima tiene una cartela barroca de piedra y delante una columna coronada por la imagen de la Virgen de Luna hecha de hierro.

Es insuperable la experiencia de tomar un café cerca de la Puerta de la Luna. Esto te transporta siglos atrás, según donde mires, a la Córdoba romana o a la califal.

Pero, ¡¡cuidado!!, en Córdoba se puede sufrir el síndrome de Stendhal. Y sé muy bien de lo que hablo porque tanta belleza es difícil de asimilar por el cerebro y puede producir, produce, mareos.

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