Estaba yo paseando al borde del mar. Era un atardecer primaveral; tranquilo y hermoso.Como hermosa era la playa en la que me encontraba. Hermosa y desierta.
De repente surgió, de entre las calmas aguas, una sirena - mi sirena -. Su mirada era hipnótica
- como siempre. Su sonrisa, tranquilizadora. Su cola de pez se había convertido en unas hermosas
piernas. Se acercó a mí y me beso.
Mientras me besaba, en mi cerebro dejó su mensaje. En mi cerebro y en mi corazón:
Me encanta la versión de Alberto de " Alfonsina y el Mar ¨.Pero me gusta más la de Mercedes Sosa.
Esa que empieza con música de piano. Si la pones volveré y te besaré de nuevo.
Y me beso con una ternura infinita.
A continuación se adentró en el mar. Antes de zambullirse se giró y me miró. Me miró con una intensidad que nunca había visto en otros ojos.
De repente me sobresaltó la sllamada de un barco lejano.
No sé si me había quedado dormido o no. Las leyendas dicen que a las sirenas les gusta nadar en los sueños.
Por si acaso publico esta canción en mi blog:
Y ahora me voy a la playa. A esperar. A ver si hay suerte.
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