A su regreso, Coló fue a descansar dos semanas a La Rábida. Allí pidió Audiencia Real en La Corte.
Al entrar en el Salón del Trono los Reyes se levantaron ( cosa que nunca hacían ). Colón procedió a arrodillarse para el besamanos. No se lo permitieron y le ordenaron que se sentara ante ellos..
Les contó, con todo detalle, su viaje , la vegetación descubierta y los desconocidos rasgos de los indios.
Les presentó a los indígenas que lo acompañaban. Luego les mostró el oro que traía - máscaras y coronas en su mayor parte -.
Los Reyes se arrodillaron para rezar y, con ellos, la Corte entera.
Colón pasó a ser el protegido personal de los Reyes Católicos. El Papa Alejandro VI donó, a Colón, una considerable suma.
Colón continuó financiando expediciones para la Corona. Nunca supo que había descubierto un nuevo continente. Se arruinó por su incompetencia como administrador, tras varios otros viajes.
Murió arruinado en Valladolid en 1506.
Pero su nombre permanece, imperecedero, entre los grandes descubridores y navegantes de la historia. .
Y por eso he decidido dedicarle esta entrada a uno de los hombres que simboliza lo mejor de nuestra historia común.
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