Escuché esta canción de Loquillo , por primera vez, hace unos diez años. Ya llevaba vivido lo mío y me sentí un veterano. No tenía ni idea de lo que me quedaba - y aún me queda - por aprender. Lo que me ha pasado, desde entonces, es una cura de humildad. Y es que uno no deja de aprender hasta que se muere.
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