Mucha gente piensa que este fuè el inicio de Scott como Director. Pero se equivocan. Antes estuvo Los Duelistas - su gran obra maestra, aunque pasase desapercibida.
Basada en un relato de Conrad sobre los duelos - a lo largo de veinte años - entre dos oficiales napoleònicos - la historia cautivò al cineasta.
Scott se empeñò en llevarla al cine.
El Director cuida, especialmente, la interpretaciòn de sus actores y la ambientaciòn. Y, sobre todo, la luz.
Aunque puede parecer una producciòn lujosa, no deja de ser el producto de un modesto presupuesto.
El resultado es fruto del talento de Scott. Y del de sus actores ( Harvey Keitel y Keith Carradine ) elegidos por èl.
Pero tras ellos hay una buena colecciòn de secundarios - como, por ejemplo, Fox o Finney -.
Tambièn se ocupò, Scott, de planificar muy bien la puesta en escena.
A la vez aprovecho las localizaciones exteriores y los escenarios històricos para dar verosimilitud a la pelìcula.
Usò poco la iluminaciòn artificial ( focos ) por falta de presupuesto. Sin embargo esto confiere a la cinta un ambiente ùnico - junto con la banda sonora del gran Howard Blake -.
Scott demuestra en Los Duelistas un talento que lo llevarìa al Olimpo del Cine. Una obra contra el sentido del honor llevado hasta el fanatismo ( lo que le valiò, en su momento, la absurda acusaciòn de nihilista ) y que hoy permanece magnìfica entre nuestros mejores clàsicos del Sèptimo Arte.
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