Conocemos, bajo esta expresión, los sangrientos hechos acontecidos en la Capital de España y que encendieron - en todo el país - la llama de la rebelión popular contra el invasor francés.
El Rey Borbón había traicionado a España firmando, con Napoleón, el 27 de Octubre de 1807, el Tratado de Fontainebleau. Por este se permitía la entrada de tropas francesas, en ruta hacia Portugal.
Pero los franceses establecieron, en España, varias guarniciones. La principal en Madrid.
Teóricamente eran portadores de las magníficas ideas de la Revolución Francesa. En la práctica se comportaron como unos tiranos, arrogantes e imperialistas, servidores del Emperador Bonaparte.
Enseguida empezaron las tropelías, violaciones y robos - sobre todo en Madrid. ( ocupada por las tropas de Murat desde finales de Marzo ). Traicionados, los madrileños -y el resto de los españoles -, por su rey - Fernando VII y, antes, Carlos IV, ( sus aristócratas y su ejército ).
Con Fernando VII en Bayona. Murat - el general ocupante de Madrid - recibe órdenes de trasladar a Francia a los otros hijos de Carlos IV ( Maria Luisa y Francisco de Paula )
La Junta de Madrid, formada por aristócratas, cedió a las presiones napoleónicas. La noticia corré por Madrid como la pólvora. El pueblo de la capital comienza a reunirse, espontaneamente, a las puertas del Palacio Real. Allí ven como se llevan a Francisco de Paula y a Maria Luisa. La multitud comienza a mostrarse agitada.
Murat ordenó, a sus tropas,- artillería incluida - abrir fuego contra los manifestantes, en aquella primaveral mañana. La masacre fué terrible. La sed de venganza se extendió por las calles adyacentes al Palacio Real. Se formaron partidas improvisadas y los rebeldes llegaron, como pudieron, al Parque de Artilleria de Monteleón. Allí estaban al mando los capitanes del Arma, Daoiz y Velarde, Desobedeciendo las órdenes de sus superiores, abrieron las puertas al pueblo. Con ellos estaba el Teniente de Infantería Ruiz. Este se unió a la rebelión.
Inmediatamente llegaron las tropas gabachas, entablándose un combate desigual. En este, que duró horas, cayeron Daoiz, Velarde y Ruiz, así como miles de madrileños.
La reacción francesa fué brutal - seña de identidad napoleónica - pero ya era tarde. Madrid había encendido la indignación española. Una indignación que ( cuatro años después ) acabaría expulsando al enano corso, y a sus esbirros, de España. Por el camino - pasando por la Constitución de Cádiz - España se había convertido en una nación.
NOTA: Me gustaría dedicar esta entrada a mi amiga Paloma; madrileña y valiente
Combates en el Parque de Artillería de Monteleón |
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