domingo, 24 de febrero de 2013

en ocasiones oye voces

 A Marìa le dolía la boca.Le dolía cada vez más. Y daba la casualidad de que por la calle en que se dirigía al trabajo tenía la consulta la dentista. ¡ Y, además , a esa hora de la mañana no debía de tener mucha gente.. Y todavía faltaba media hora para entrar. Pero,sobre todo ¡Le dolía una muela ¡Coño¡. No podía aguantar más y no necesitaba mas excusas para subir.
 Salió del ascensor, con la mano ¨protegiéndose¨la mandíbula y llamó al timbre. La abrió su amiga, la dentista de toda la vida, que excusó la ausencia de su empleada por lo temprano de la hora. Seguidamente la guió a una sala de espera, en penumbra, donde la invitó a esperar hasta que terminara con la paciente que estaba atendiendo.
 Ella se sentó y perdió su mirada en una oscuridad indescifrable.
 Un poco por esto, y un poco por el calmante que se había tomado, sintió un dulce sopor que la invadía.
 Pero, de repente, la sobresaltó una voz, surgida de la oscuridad, y que repetía su nombre. Lo hacía una y otra vez. Lo hacía friamente, de manera monocorde. De repente María se asustó. Estaba segura de que era real. Aquello no podía ser producto de su imaginación, ni del calmante. Provenía de la oscuridad, de la nada, de otro mundo.
 Y María sintió miedo. Un miedo que se iba convirtiendo en terror.
  A punto estaba de venirse abajo, de salir corriendo, cuando la dentista entró en la sala y, encendiendo la luz exclamó:¡puto bicho¡. Perdona tocaya, enseguida te atiendo. Mientras iba cogiendo una jaula, para sacarla de la estancia, ¡Con un loro dentro¡. Era un loro feo, gris, con una única pincelada de color en la cola, que acentuaba su fealdad.
 La dentista procedía a sacar el pajarraco de la sala cuando oyó una fuerte carcajada de su paciente.
¡Tenía que revisar las dosis de calmantes que administraba a sus pacientes, pensó
       
                                               
                                                   

3 comentarios:

  1. Jajaja. Muy bueno. ¿a alguien le suena...? jejeje.

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  2. A alguien le suena, si. Enhorabuena Leónidas, vuelves a estar en la brecha, vuelven a mezclarse la realidad y la ficción, sigue así, entusiasmándonos con tus relatos.

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