MIS DOS ROMBOS

 La reciente polèmica con la posible reimplantaciòn de los dos rombos ( medida con la cual estoy en completo desacuerdo ) unida al comentario de una fiel seguidora sobre mi gran imaginaciòn - que yo no considero tan desarrollada - trajeron a mì recuerdos sobre la época de los dos rombos.
 Andaba yo iniciando la primera decena de edad cuando veìa pelìculas en la tele. Tendrìa que ser un viernes o un sàbado (únicos días permitidos para tal actividad nocturna. En esto empezaba la tan ansiada pelìcula. Pero...... en una esquina superior aparecian los temidos dos rombos.
 Seguidamente tronaba la implacable voz de mi padre:
 - ¡ Fernando: a la cama !
 Mi madre, con su voz dulce, me llamaba Fernandito ( diminutivo que entonces odiaba y que hoy añoro ). para distinguirme, sin duda, de mi padre. Pero èl no. Para reforzar su autoridad me llamaba Fernando . Total, que yo me tenía que ir a la cama. Por los malditos dos rombos !. Esos dos  Y desde la cama - mi habitaciòn era una de esas italianas, con puertas correderas, que daba al salòn -, oìa la pelìcula prohibida. Y mi imaginaciòn preadolescente se disparaba. Por eso añoro los dos rombos