La conocì en pleno invierno escapando del frìo de las terrazas. Es la ùnica de la zona, que yo sepa, tiene un acesso al interior, tan còmodo, para sillas de ruedas. Allì acudo, semanalmente, a tomar mi tè matutino y a leer.
Es muy còmoda y siempre que voy soy atendido - muy amablemente - por sus camareros ( Suelen ser o Eva o Hèctor ). Ellos hacen mi visita, con lectura incluida, muy agradable. Por eso les dedico esta entrada.
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