Eso es lo que pasò el domingo. Los españoles fueron a votar con miedo. Con miedo y con hastìo. Miedo a la incertidumbre - las amistades peligrosas de PODEMOS y la estètica insustancial de CIUDADANOS ( que parecen un dependientes de El Corte Inglès ) - Miedo a un posible gobierno que reproduzca en España el problema del Brexit. Miedo a los que les ofrecìan asaltar los cielos cuando no tienen ni para llegar a fin de mes.
Por eso, en mi opiniòn, no se ha producido el temido Sorpasso. Ni por la izquierda ni por la derecha.
Los españoles prefieren lo malo conocido.... Ya nos lo decìan nuestros padres ¡ Con las cosas de comer no se juega !. O como sostenìa Ignacio de Loyola: En tiempos de tribulaciòn no hacer mudanza.
Es triste pero es asì. La ineptitud de las alternativas ha reforzado a un gobierno inoperante y corrupto. Esto es para que la oposiciòn se lo haga mirar. Sus actitudes han sacado lo màs conservador de los españoles.
Cualquier duda sobre su solvencia ha hecho exclamar a sus corifeos: ¡ Fascista ! o ¡ Rojo ! segùn se critique a un partido o a otro. A mucha gente le gusta clasificar - y luego atacar - a los independientes.
No entienden que se pueda ir por libre, hasta las ùltimas consecuencias. ¡ Cuando serìa la soluciòn !. Sustituir la pasiòn partidaria por el espìritu crìtico . No es fàcil. No es còmodo, a pesar de lo que digan. Pero es necesario. Imprescindible, creo yo. Lo demàs nos lleva a votar con miedo. Y luego pasa lo que pasa. Lamentable pero lògico. Lo primero para arreglar un problema es reconocer que lo tenemos. Y el nuestro se llama clase polìtica
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