Vivimos una situació doblemente preocupante; de un lado nos acosa una crisis financiera que amenaza nuestro modo de vida y de otro, de la mano del anterior, una crisis política que amenaza gravemente nuestra libertad. El primero, según dicen, es producto de vivir por encima de nuestras posibilidades. Hemos creìdo lo que nos dicen los bancos, que podíamos vivir indefinidamente por encima de nuestras posibilidades, convirtiendo una economía productiva en especulativa y, siguiendo a Keynes, buscando refugio ultimamente en el Estado.Así vemos como suben los impuestos para financiar proyctos políticos personales fracasados.
Por otro lado dejamos de lado las lecciones de la historia quenos enseña que las crisis se afrontan mejor unidos. Este país se parece cada vez más a una estampida de bùfalos asustados que se acometen en su huida.. Nuestro miedo está provocado porque nadie nos ofrece un proyecto minimamente serio. Nadie nos dice ni siquiera la verdad. Que no podemos navegar sin rumbo. No podemos permitirnos clientelismo político ni taifas que presentan como atractivo el ir contra el bien común.Y no podemos dejar en manos de una representació, remedo de una participación, nuestros asuntos burocratizados. Ya no podemos esperar más. O tomamos el control de nuestro destino o este descontrolará nuestro futuro democrático hasta que caigamos en manos de un ¨cirujano de hierro¨que nos ofrezca pan a cambio de nuestros derechos. Y la historia, maestra demasiadas veces ignorada, nos enseña que la vida democrática y pacífica es la única salida digna de sociedades civilizadas.
Hemos llegado hasta aquí cada uno solito por puro egoísmo. No nos hemos cuidado unos a otros, y dejado que nos engañen a sabiendas de que lo estaban haciendo. Espero que con esta lección hayamos aprendido y sobre todo que no sea demasiado tarde para coger las riendas. Un beso Leónidas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Paloma. Con respecto a lo de aprender soy mas pesimista que tú. Un besazo
ResponderEliminar