viernes, 1 de marzo de 2024

AYUDA

Oscuro. Estaba oscuro. Y hacía frío, un frío insoportable. Un frío que nacía de dentro. Leo levantó la cabeza para ver la salida, pero no vio nada. Solo oscuridad. Presintió la desesperación, la soledad. Echó a andar trastabillando. Tropezó varias veces. Cada vez le costaba más levantarse. Siguió andando, sin esperanza de llegar a ningún sitio. Solo huía de allí. No se encontraba bien en ese lugar.

En ese momento cayó de rodillas. Sintió más frío, más soledad. Estaba desesperado, no podía más. Entonces escuchó una voz dulce y amable:

- Soy N, tranquilo. Sé que lo estás pasando mal. Tu pasado no ha sido fácil, tu presente es peor. Tu futuro será otra cosa, confía en mí.

En ese momento le di la mano y sentí que el bienestar me invadía, que la confianza retornaba. Ella continuó:

- No podrás recuperar tu pasado, tampoco querrás. Lo que puedes, si quieres, es cambiar tu futuro. Yo te ayudaré. Tendrás que ir lejos, muy lejos, pero te merecerá la pena. Lo primero que voy a hacer es presentarte a una amiga mía, que ponto lo será tuya, y que te ayudará. Se llama A. Confía en ella. Sé que no es fácil, tu pasado te ha hecho desconfiado. Pero tu futuro, con nuestra ayuda, será distinto. Extiende tu brazo y abre la mano, ella está conmigo.

Alargué la otra mano y toqué la suya. La sensación de bienestar se multiplicó y ella me habló:

- Hola, soy A. N me ha contado tu caso. No te preocupes, tiene solución. Ten paciencia. Ya sé que pedirte eso a ti es mucho, pero ten paciencia. Te voy a mostrar tu futuro. Mira de nuevo al frente.

Lo hice. Y a lo lejos ya no estaba la oscuridad. Al final de aquel siniestro túnel había luz. Lejana y débil, pero una luz al fin y al cabo. Entonces N habló, dejando escapar una risa dulce e irónica. Me dijo:

- Ves, ya te dije que confiaras en nosotras. Allá a lo lejos te espera tu futuro, un futuro mucho mejor que curará tus heridas del alma. Aunque ahora no te lo parezca serás feliz. Tendrás malos recuerdos de tu pasado y espero que uno bueno nuestro. Nosotras no podemos acompañarte, tendrás que hacer el resto del camino solo. Pero recuerda, si te caes levántate y solo así encontrarás lo que buscas. Escapa de tu presente, no tienes por qué resignarte.

Después adiviné su sonrisa tierna y comprensiva y me sentí más fuerte. Eché a andar hacia un futuro mejor en el que nunca olvidaría a quienes me ayudaron.


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