Cuando la vida te sienta en una silla de ruedas comienzas a aprender. ¡¡¡Y de qué manera!!! De la manera más dolorosa, la única vía para aprender...
Aprendes que hay gente a la que le importas (dan un paso al frente) y otra a la que no (directamente desaparece).
Aprendes que puedes esperar ayuda de quienes no tienen obligación de prestártela y que no puedes esperarla de quienes tendrían que hacerlo.
Aprendes a luchar. Con uñas y dientes, por tu dignidad.
Aprendes a rodearte de aliados, de gente buena (que la hay).
Aprendes a morir por una sonrisa.
A matar por una frase de ánimo.
Aprendes que no todos somos iguales. Que hay gente que merece tu cariño y tu respeto y otra que no.
Aprendes a ser irónico.
Aprendes a ser vulnerable y duro al mismo tiempo.
Aprendes a soportar lo insoportable. A buscar salidas en la cueva oscura.
Aprendes a luchar hasta el final.
Aprendes a ser tú, sobre tu silla de ruedas.
NOTA: Con esta retomo las publicaciones en el blog que había dejado por razones de salud. Ahora ya estoy bien.
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