Arturo se aparta, por un momento, de las aventuras del Capitàn Alatriste. Y lo hace para hablarnos de si mismo. Lo hace a travès de un antiguo fotògrafo de guerra que intenta huir de sus fantasmas - sus heridas psicològicas de guerra, que le persiguen - que intenta conjurar a travès de la pintura. ¿ Acaso no es lo mismo que hace el escritor hace a travès de sus novelas ?.
En esta obra se nota especialmente. Aquì Arturo habla de un tema que conoce perfectamente : la condiciòn humana y su peor manifestaciòn : la guerra - En eso hace honor a lo dicho por otro gran escritor, este muchìsimo mejor : Hemingway. El norteamericano decìa que no debes de escribir sobre aquello que no conozcas a fondo,-
En este libro el antiguo fotògrafo intenta plasmar, en sucuadro, el horror que no pudo contar con sus fotos.
Esta narraciòn nos lleva, magistralmente, a un final . Inesperado y temido, a la vez
En el proceso aparece el fantasma de una mujer de su pasado. Tambièn surge de su vida anterior un asesino balcànico.
La descripciòn de los recuerdos del pintor es tan realista que nos hace sospechar de la similitud con los propios recuerdos del escritor.
Estamos, puès, ante una oportunidad ùnica para profundizar en las impresiones del autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario