miércoles, 13 de diciembre de 2023

LA INFANTERÍA ESPAÑOLA CONMEMORA EL MILAGRO DE EMPEL

El pasado viernes se celebró la festividad de la Inmaculada Concepción de María, que es Patrona del Arma de Infantería del ejército de tierra de España desde 1892. 

Mucho antes, un 8 de diciembre de 1587, fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia entre vítores y aclamaciones después de la completa e inesperada victoria en la batalla de Empel durante la guerra de los Ochenta Años, que enfrentaba a los Países Bajos contra su soberano Felipe II. 

Esta batalla dio lugar a lo que se conoce como Milagro de Empel.

El milagro de Empel, cuadro de Ferrer-Dalmau.

El tercio comandado por Francisco Arias de Bobadilla estaba formado por unos 5000 hombres y combatían en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal, contra la escuadra del almirante Filips van Hohenloe-Neuenstein,, "Hollack". Al desplegarse los tercios por la isla, el nerlandés inundó la zona y hostigó con sus barcos a los españoles, que consiguieron llegar hasta el pueblo de Empel bajando hacia el sur en barcas y canoas por el cauce del río Mosa.

Hollack inició un bloqueo naval y continuó con el bombardeo sobre las posiciones españolas. Los soldados, ante la imposibilidad de retirarse y con frío, faltos de víveres y de ropas secas, se replegaron y buscaron refugio en una isleta cercana pero que les dejaba a merced del fuego enemigo. El 4 de diciembre Bobadilla solicitó el rescate de los Tercios.

A pesar de todas las penurias, los españoles iniciaron una defensa activa armados solo con seis piezas de artillería. El día 7 Hollack intensificó el cerco y desembarcó también soldados. Parece que el enemigo propuso entonces una rendición pero la respuesta fue contundente: "Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos".

Bajo una intensa lluvia y sin alimentos, Bobadilla decidió atacar las posiciones rebeldes y aconsejó a sus hombres encomendarse a Dios. En ese momento, un centinela que cavaba una trinchera para refugiarse de la lluvia y de los cañones enemigos encontró un objeto entre el barro: era una tabla de madera con la imagen de la Inmaculada Concepción. Este hallazgo fue considerado una señal divina y los soldados se congregaron entorno a la imagen de la Virgen rogando por su salvación.

Movidos por el valor infundido por la imagen, se lanzaron contra las posiciones enemigas con determinación a la vez que bombardeaban los barcos de Hollack. El 8 de diciembre se había completado la gran victoria, convencidos de que la Inmaculada Concepción había venido en su ayuda cuando todo parecía perdido.

Desde entonces, cada 8 de diciembre, se celebran desfiles y actos en honor a la Inmaculada Concepción en los acuartelamientos de infantería. Y cada año desde julio de 2007 se realiza también una peregrinación a la ermita de Empel por parte de tropas de infantería españolas.



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