LA DECADENCIA DE FERROL

Podemos señalar el nacimiento y el auge de Ferrol durante el reinado de Felipe V (bajo la dirección del Marqués de la Ensenada). Los siglos siguientes vieron el esplendor de Ferrol, pero en los años 70 y 80 del siglo XX, sobre todo los 80, Ferrol empezó a palidecer. La reconversión industrial y la política naval de la OTAN dejarón a Ferrol de lado. Por otro lado, Felipe González potenció las bases navales del sur, Cadiz y Cartagena en detrimento de Ferrol. La puntilla la dió la supresión del servicio militar obligatorio, que privó a Ferrol de una juventud que vivía lejos de su casa y se vió inmersa en una corriente de consumismo fácil. La construcción de barcos se llevó al sur y Ferrol vió como poco a poco se arruinaba. En los últimos 40 años, Ferrol no se parece en nada al Ferrol de los años 80. Ferrol se creó entorno a la Marina y agoniza entorno a la Armada profesionalizada (inevitable por otro lado). No se hicieron a tiempo planes de recuperación de la ría y lo que se hace actualmente son improvisaciones fracasadas. El orgullo de los ferrolanos se refiere a un Ferrol que ya no existe. No es otra cosa que nostalgia, por un Ferrol que ya no volverá. En unos años de seguir así Ferrol se habrá convertido en una ciudad desierta (los habitantes se habrán ido a Narón) y llena de ruinas.