viernes, 25 de abril de 2025

IGLESIA DE SAN JOSÉ, SALESIANOS DE POZOBLANCO

 


La vi bajando para conocer el centro de Pozoblanco. Como hacía buen tiempo (allí siempre hace buen tiempo), iba paseando lentamente para conocer el pueblo. Me fijé en ella. Quedaba a mi derecha. Era una tarde soleada muy cordobesa. La fachada de la iglesia estaba espléndidamente iluminada por el sol como podéis ver en la foto que hice.

No soy creyente, pero las iglesias siempre me han parecido muy bellas. Además, en este caso, los salesianos me recuerdan mi infancia en Coruña. Hasta los catorce años iba los domingos con mi familia a una iglesia cercana a mi casa, que resultó ser de los salesianos. Al cumplir esa edad, mi padre (militar) me dijo que él estaba harto de la posición de la iglesia sobre el terrorismo vasco y que no iba a volver a pisar más un templo y que a mi tampoco me iba a obligar a ir. Le respondí:

- Si tú no vas, yo tampoco. A mi tampoco me caen bien los curas.

Y ninguna iglesia volvió desde entonces a llamarme la atención hasta que pasé al lado de esta. Me quedé pensando que hacía cuarenta y cinco años que no entraba en una de los salesianos y ahora quería hacerlo, aunque solo fuera por contemplar su belleza en el interior. Busqué, sin encontrar, una entrada adaptada. Así que tomé esta foto y seguí mi camino.

Cuando vuelva a Pozoblanco, intentaré de nuevo entrar en esta iglesia. Mientras tanto os contaré su historia.

La Orden Salesiana fue fundada por Don Bosco en 1846. En septiembre de 1930 Don Antonio do Muiño llegó a Pozoblanco acompañado de otros salesianos y encontraron la casa solariega del obispo Pozuelo y un recién construido pabellón para uso escolar. La iglesia, aún en construcción, estaba cubierta de aguas y obligó a la Orden a utilizar la antigua y pequeña capilla. Poco después aumentó la afluencia de vecinos y se tuvo que edificar otra más grande en la planta baja del edificio, que actualmente está destinada a teatro y usos múltiples. 

La iglesia actual fue proyecto del arquitecto Don Juan Bautista Caballero, esposo de la mártir Teresa Cepudo de la Archicofradía de María Auxiliadora, asesinada en la Guerra Civil. Se terminó en abril de 1931 y fue bendecida entre mayo y noviembre de ese año por el arcipreste de la parroquia de Santa Catalina, posterior mártir en la misma contienda fratricida, Don Antonio Rodríguez Blanco, que había sido alumno salesiano del colegio de Utrera. La consagración estuvo a cargo del pozoalbense y director de la Obra Salesiana de Córdoba, Don Andrés Yun. La iglesia de los salesianos de Pozoblanco es un centro de difusión de esta devoción y garantía de la obra salesiana.

Los trabajos de construcción se llevaron a cabo con la aportación económica de las fundadoras y las colaboraciones de Don Antonio Cañuelo, que hicieron posible finalizar la obra. La iglesia es un edificio de seis cuerpos que ocupan 415 metros cuadrados, más 48 del coro. La nave mide 33x10, la capilla lateral 8x5, la sacristía 7x7 y el coro 10x4,8 metros.


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