Monforte de Lemos fue mi refugio veraniego. O eso creí. Al final resultó una decepción (por hechos ajenos a él). Es un Municipio del Sur de la Provincia de Lugo. Es la Capital de la Tierra de Lemos y la Ribeira Sacra. Es una ciudad en un valle entre los Rios Miños y Cabe. Ocupa 2.000 kms cuadrados y está a 300 Ms sobre el nivel del mar. Se considera la comunicación natural entre Galicia y Castilla. Estuvo relacionado con el Monasterio de San Vicente do Pino. En los siglos XVI y XVII cobra importancia gracias a D Pedro Fernandez de Castro, VII Conde de Lemos. En este tiempo, Rodrigo de Castro, Cardenal, proyecta el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua (magnífico edificio conocido como El Escorial Gallego) En el siglo XIX se convierte, Monforte, en el principal nudo ferroviario del Noroeste español. Por su desarrollo recibe, de Alfonso XII el título de Ciudad. Crece culturalmente y se convierte en el Centro Administrativo de La Ribeira Sacra. Hoy es un Centro Turístico de primer orden del que disfruté durante meses y de cuya belleza doy fe.

Siempre se puede estar peor. Y los recuerdos pueden traicionarnos. Hace poco más de un año me encontraba mal; acorralado. El Centro donde vivía, el CAMF de Ferrol no me satisfacía. Por ello surgieron las voces de sirena del pasado. Los recuerdos me traicionaron. Los recuerdos y la llamada de algún amigo al que tenía en mucha estima " pues ven aquí. Estarás como en tu casa " . Me prometió que estaría mejor en Bóveda que en Ferrol. Que en Bóveda sólo había un par de discapacitados psíquicos. Pues nada más llegar me encontré algo distinto. Llegué a pensar que el único normal era yo. Por eso decidí volver a Ferrol. Pero, para ello, tenía que cumplimentar una serie de trámites lentos y dolorosos (ayudado por la subdirectora del CAMF de Ferrol, gracias a la cual he vuelto). Aquí tengo problemas, es cierto, pero muchos menos que en ¨DomusVi Bóveda ¨. A pesar de ello hecho de menos a mis entrañables cuidadoras de allí, que me cuidaron a pesar de sus terribles condiciones de trabajo. Ellas son las Nereidas del Rio Cabe ( Y, C, R, H y sus hermanas), a las que nunca olvidaré.