viernes, 28 de febrero de 2025

CÓRDOBA Y EL VIAJE DE COLÓN

 

Reproducción del encuentro entre Colón y los Reyes Católicos
que se encuentra en el Alcázar de los Reyes Cristianos, Córdoba.

Hacía frio. Corría el mes de enero de 1486. Era primera hora de la mañana. El navegante Cristóbal Colón comparecía en el Alcázar de los Reyes Cristianos ante Ysabel y Fernando, los Reyes Católicos. Los monarcas habían establecido allí su residencia para dirigir su ofensiva final sobre Granada.

Cristóbal Colón había sido rechazado por el rey de Portugal en su búsqueda de financiación para encontrar la ruta más corta hasta las Indias Orientales, hecho inédito hasta entonces. Por eso ahora estaba ante los Reyes Católicos. Por eso temblaba, no solo por el frío sino por los nervios.

Antes ya se había encontrado con la reina Ysabel y ahora buscaba la aprobación de ambos monarcas. Después de intercambiar con ella una mirada cómplice, se dirigió a los dos:

- Majestades, os traigo una propuesta. Una ruta más corta hacia las Indias Orientales.

Lo que no les contó fue el origen de su iniciativa, por qué estaba seguro de ello.

Cuando terminó su breve exposición, la reina Ysabel tiró del brazo del rey Fernando, diciéndole a Colón:

- Disculpad un momento, navegante. Ahora estaremos con vos.

Fernando, extrañado, miró a su esposa, pero retrocedió con ella. Colón pudo ver cómo le decía algo al oído a su marido. Dieron un paso hacia Colón y el rey tomó la palabra:

- Señor Colón, su propuesta nos parece interesante. No obstante, debemos deliberar entre nosotros y nuestros cartógrafos. Dejadnos vuestras cartas. Tenéis mi palabra como rey de que os serán devueltas. Ya seréis llamado a nuestra presencia. Ahora podéis retiraros. Tenemos mucho que hacer. Debemos expulsar al moro de Granada.

Colón no lo sabía, pero el camino hacia América acababa de comenzar.

viernes, 21 de febrero de 2025

CONTEMPLANDO ASOMBRADO LA BELLEZA DE MEDINA AZAHARA

 


En la filmación, producto de mi visita a Medina Azahara, se puede ver el Alcázar al completo, el palacio y la fortaleza en sí. Es lo que hay excavado, aunque en realidad hay mucho más oculto. Medina Azahara era mucho más grande que lo que está a descubierto a día de hoy, ya que la ciudad tenía una extensión de 112 Ha y una población aproximada de 15.000 habitantes.

La ciudad fue construida a los pies de la montaña, aprovechando la estructura natural de Sierra Morena, en tres terrazas. De esta forma se distribuye de forma jerárquica y es más fácil de defender de los ataques.

  • En la terraza superior estaba la estancia privada del califa, la morada del poder. 
  • La segunda terraza, la intermedia, es la que se ve en el vídeo, dedicada a las viviendas de los administradores, reservadas para los altos cargos de la administración califal. En la parte central se alojaba la sociedad califal y también los altos cargos del ejército. En el lado izquierdo estaban las viviendas de los visires, que aparecen con un jardín. En la época no era un jardín sino una pequeña plaza de armas, donde se celebraban desfiles ceremoniales y se les daba la bienvenida a los emisarios extranjeros procedentes de Europa y Oriente Medio. En el espacio medio se encuentran un pórtico con varios arcos que formaban la entrada protocolaria a Medina Azahara.
  • La terraza baja es donde estaba propiamente la medina, la ciudad en sí.

Los emisarios entraban por el arco central del pórtico descrito, a caballo, en la plaza de armas desmontaban y accedían a la casa del ejército o de los visires, donde pensaban que iban a ser recibidos por el califa. Pero no era así, realmente los recibía el primer ministro y se les informaba que esa reunión se produciría pero dentro de semanas o incluso meses. 

Mientras esperaban tendrían que reunirse primero con el primer ministro para hablar de los posibles acuerdos. Y no vivirían en Medina Azahara sino en las afueras en alguna almunia dispuesta para ello. La almunia era una vivienda rural de grandes dimensiones dedicada a los trabajos del campo pero también al solaz y el ocio. 

Allí vivirían a cuerpo de rey, con acceso a banquetes y a la compañía de huríes si así lo requerían. Así, cuando eran finalmente recibidos por el califa, estaban de buen humor y este se aseguraba de obtener un trato más favorable a sus intereses. También lo hacía así para que, cuando regresaran a sus lugaresde origen, fueran contando cómo los había tratado y las riquezas, lujos y despliegue de poderío que tenía. Quería demostrar el poder de Medina Azahara, de donde emanaba todo el poder del califato.

Había otras plazas de armas incluso más grandes que el propio Alcázar, donde formaban los ejércitos. El califa se asomaba desde un balcón y pasaba revista a las tropas, los arengaba con un gran discurso y los despachaba a sus destinos. La presencia militar en Medina Azahara era muy importante, ya que la ciudad se había convertido en la verdadera capital del califato, eclipsando a la misma Córdoba.

En la parte central era donde estaba la gran vivienda de Yafar, que fue primer ministro y visir, con una parte pública donde se reunía con los emisarios, y otra privada. Luego estaba el salón rico rodeado de jardines, donde finalmente el califa los recibía. 

Y más a la derecha hay una vivienda muy interesante, la de la Alberca. Las fachadas de las casas árabes eran muy sobrias y cuando entrabas te encontrabas con esa decoración y jardines exuberantes. Pero aquí, en Medina Azahara, se rompe con esos esquemas establecidos. Es el primer caso conocido en el mundo musulmán en que el jardín y la alberca están decorando la entrada.

Los edificios más pequeños que se ven estaban destinados al servicio, tanto viviendas como sus lugares de trabajo.

Casi al final del video se ve una rampa que viene del cuerpo de guardia principal, para facilitar el paso a los soldados que patrullaban el palacio, dando acceso rápido a todas las terrazas y también a la puerta norte, que había que defender muy bien porque era a la que llegaba el camino que comunicaba con Córdoba.

En Medina Azahara no se dejaba nada al azar, todo estaba pensado y organizado para cumplir perfectamente con sus funciones.

Como podréis comprender, el lugar me ha impresionado sobremanera, de ahí esta entrada.

miércoles, 12 de febrero de 2025

CORDERO A LA SEFARDÍ EN LA JUDERÍA DE CÓRDOBA

 


Recuerdo con nostalgia mis visitas a Córdoba (a la que espero volver algún día). Me gustaba pasear por la judería, un auténtico viaje a la Edad Media. Me gustaba perderme en sus callejuelas y preguntar a los cordobeses por mi lugar de destino en la ciudad.

En cierta ocasión, una amiga cordobesa me habló del restaurante Casa Mazal, donde me recomendó que pidiera cordero a la sefardí. Despertó mi curiosidad y mi vena pro-judía. Y en una de mis visitas me topé con él casualmente al girar a la izquierda en un estrecho callejón.

Era un lugar luminoso, con un patio decorado con macetas de flores en las paredes blancas y con arcos que delimitaban un patio típico cordobés. Un paraíso para la vista.

El lugar era pequeño, aunque al tratarse de un día de diario estaba casi vacío. Y muy accesible para los que como yo vamos en silla de ruedas, lo cual es de agradecer.

Comí evidentemente en ese patio.

Había un extraño objeto cilíndrico justo a mi lado. Le pregunté con malicia al camarero que qué era, a lo que contestó: 

- Un pozo, un legado sefardí.




Me fijé en la carta. De primero, salmorejo Tres Culturas y de segundo, como no, cordero a la sefardí. De postre, el famoso pastel cordobés. No era barato pero para un capricho no estaba mal.

El salmorejo Tres culturas estaba delicioso, pero el cordero a la sefardí -con el contraste entre la miel dulce y el cordero ligeramente salado- era mágico. Se deshacía al cortarlo. Saboreé con sumo gusto la comida, deleitándome también con la decoración muy cordobesa.


En pleno éxtasis gastronómico, mandé llamar al cocinero. Tras felicitarlo por tal obra de arte, le pregunté la receta -sin ánimo de imitarlo, pues yo en la cocina soy muy torpe. El cocinero, agradecido por mis halagos, me habló de la receta:

- Lo primero son los ingredientes: dos kilos de cordero en trozos grandes, cuatro cebollas, seis cabezas de ajos, un vaso de aceite de oliva virgen extra, cuatro cucharadas de Montilla Moriles, una copa de vino Fino Peseta u otro Montilla, medio vaso de miel de la sierra, agua, una ramita de romero y otra de tomillo, unos granos de pimienta negra y sal.

También me contó cómo se preparaba: se ponen en la cazuela los ajos picaditos junto al aceite y, una vez dorados, la cebolla a la olla, también bien picadita. Pasados cinco minutos agregar los trozos de cordero, el vinagre, el vino y los demás condimentos menos la miel. Cuando reduzca el vino ponemos la miel, removemos y cubrimos con agua, pero siempre tiene que quedar un dedo por encima del agua. Vamos añadiendo más agua si hace falta hasta que el cordero quede tierno, de 40 a 80 minutos. Rectificamos de sal y servimos con patatas fritas.

Y el resultado es una maravilla gastronómica, un viaje a lo mejor de la cocina sefardí.

viernes, 7 de febrero de 2025

LOS AUSTRIAS, LUCES Y SOMBRAS DE UN IMPERIO. Especial de MUY HISTORIA

 


Este monográfico estudio sigue la senda de los anteriores volúmenes de Muy Historia, alguno de los cuales ya ha sido comentado aquí. 

Estas casi doscientas páginas (en tamaño poco menor de un folio) nos llevan a los dos siglos de nuestra Historia en los que reinaron los Austrias, con sus grandezas imperiales y miserias. Van desde Felipe el Hermoso y su esposa Juana La Loca, hasta Carlos II el Hechizado. Todo este período es abordado detallada y rigurosamente por historiadores que aportan datos exactos.

Hemos de señalar que, para el que suscribe, las opiniones son discutibles: los datos no.

Y hemos de señalar también que estamos ante un ensayo, no una novela histórica. Aún así estos estudiosos evitan, en todo momento, la pedantería tan frecuente en esta temática. 

En este estudio nos hablan de la compleja personalidad, y prolija obra, de casi media docena de monarcas: desde el Emperador Carlos I al patético Carlos II el Hechizado, cuya muerte sin descendencia dio lugar a la Guerra de Sucesión que desplazó del Poder a los Austrias en favor de los Borbones.

A destacar la coda que se destina al estudio de los validos, poniendo como ejemplo al Conde Duque de Olivares.

Este volumen, como otros de Muy Historia, está perfectamente ilustrado con obras pictóricas clásicas. Todo ello hace muy recomendable su lectura para acercarnos a una parte fundamental de nuestra historia y que nos ayudará a comprender lo que somos, hijos de nuestro pasado.

miércoles, 5 de febrero de 2025

ATAURIQUES. EN EL MUSEO DE MEDINA AZAHARA (IV)

 


Os voy a comentar una de las fotos que hice en mi visita al museo del yacimiento de Medina Azahara, con los guías de Woow Córdoba que ya os mencioné anteriormente.

Son muestras de ataurique de las muchas que decorarían los arcos y fachadas de la ciudad de Medina Azahara. Dentro de este museo hay dos grandes almacenes donde se catalogan y almacenan grandes cantidades de atauriques y mármoles.

Un ataurique es una palabra proveniente del árabe tawriq (follaje). Se refiere al adorno de figuras geométricas vegetales y patrones extravagantes que imitan formas de hojas, flores, frutos, cintas y aparecen casi siempre en las paredes de ciertas construcciones árabes como las mezquitas. 

Se considera un arte pictórico. Estas son de las más bellas y están, como dijimos, en la mezquita de Córdoba, en el Palacio de Medina Azahara, en el Palacio de la Aljafería en Zaragoza o en la Alhambra de Granada. También se usó en el arte mudéjar, como se puede ver en el Palacio de Pedro I en el Alcázar de Sevilla.

El arabesco es mucho más antiguo que el arte islámico, apareciendo en los egipcios, asirios, etruscos, griegos y romanos. En el Renacimiento fue usado en Italia. La diferencia entre la lacería y el ataurique es que la primera usa motivos geométricos y el otro motivos vegetales.