La música afrocubana tiene su origen en los esclavos que llegaron a la Perla del Caribe en una situación infrahumana, lo que les causaba un trauma y una experiencia terribles. Fueron capaces de adaptarse a la isla a través de una expresión musical que más tarde sería conocida como el son cubano.
La música afrocubana tiene mucha vitalidad y es compleja, con mezcla de instrumentos, voces y ritmos. El texto tiene cuatro movimientos denominados sonatina, contradanza, intermezzo y rondó, con influencias de la música española y herencia de la música africana. También de la música traída por los negros escapados de Haití.
En el siglo XIX este género se desarrolló en el oriente de la isla, sobre todo en Santiago de Cuba, Manzanillo, Baracoa y Guantánamo. Tuvo su gran expansión entre las clases bajas. A principios del siglo XX llega a La Habana, donde el son cubano da lugar al danzón. En 1928 pasa a ser un ritmo muy escuchado por todas las clases sociales, extendiéndose por todo el Caribe. Es entonces cuando las composiciones y arreglos comienzan a viajar por todo el mundo, adoptándolo como sonido propio la clase criolla.
Nace aquí la modernidad en la música cubana.
Si os tengo que recomendar ejemplos de música cubana, os diría que no os perdierais a Compay Segundo, Elíades Ochoa y la orquesta de Chico O'Farril, que podéis disfrutar en el video que incluyo en esta publicación. Aunque también, desde el exilio, tenemos que hablar de Bebo Valdés.