PUENTE ROMANO DE MONFORTE DE LEMOS

Según la tradición el puente es de origen romano. Cruza el río Cabe a su paso por Monforte de Lemos. Lo que sabemos es que fue reformado por Pedro Rodríguez Remberde a finales del siglo XVI. Cuenta con seis arcos semicirculares, dos de ellos tapados por reformas posteriores. En uno de sus extremos está el Museo de Arte Sacro de las Clarisas, del que ya hemos hablado. Y al otro, la entrada del casco histórico. Desde este puente se accede a los paseos por la orilla del Cabe. En los arcos centrales del puente puede leerse algunas marcas de cantero. Forma parte del Camino de Invierno de Santiago. Muchos utilizan este puente para pintar un cuadro. Aunque se conoce como puente romano, es de origen medieval y lo encontramos cruzando el magnífico casco histórico de Monforte. La calzada tiene cuatro metros de ancho, formada con adoquines. A su lado el convento de Santa Clara cuenta con unos de los mejores museos de piezas religiosas de Galicia. Y al otro lado la plaza de España es famosa por sus tramos de escaleras y su cruceiro.

LA TORRE DE LEMOS

Montis Forte, nació a los pies de la fortaleza medieval del siglo XII. Erigida sobre el castro Dactonio donde se encontraba el convento de San Vicente del Pino del siglo X. Estamos ante una de las mayores fortalezas de Galicia, en la que la torre del homenaje recuerda la época en la que la ciudad era un icóno del poder feudal de la Edad Media. La torre del homenaje se mantiene en pie en recuerdo y como símbolo del poderoso castillo de San Vicente, perteneciente a los Condes de Lemos. La torre es uno de los elementos arquitectónicos más característicos de la ciudad del Cabe, construída entre los siglos XIII y XV. Era el edificio más importante dentro del castillo, acogiendo las ceremonias de homenaje, rito que unía al señor con si vasallo. La torre tiene 30 metros de altura dispuestos en 4 pisos, 13 metros de lado y los muros de 3 metros de grosor. La torre vista desde su pie impresiona, y desde las almenas ofrece un excelente mirador del valle de Lemos. Se accede a ella por unas escalinatas que introducen al visitante en el ambiente medieval, así la puerta de entrada se llergue 8 metros del nivel del suelo para facilitar la defensa. El interior está musealizado y cuenta con armaduras, muebles, objetos, dibujos y maquetas que recuerdan la época de su esplendor. En la primera plante se contruyó un anjibe para almacenar el agua de la lluvia. En la tercera planta se encuentra la ventana de la reina, que parece pedir la visitante que tenga un reposo en la subida y se siente entre la piedra para viajar en el tiempo. El ascenso constante tiene su principal recompensa en la parte superior almenada que ofrece unas espectaculares vistas de la ciudad y de su entorno. La torre del homenaje cuenta con un excelente estado de conservación a pesar de sufrir importantes daños durante las Revueltas Irmandiñas del siglo XV y ser víctima en 1672 de un incendio.

DESDE MI VENTANA

Eran las 8 de la mañana de pleno mes de Julio y ya hacía calor. El sol ya era implacable y se reflejaba brillando en lo verde. Yo ya estaba despierto. Al otro lado de la ventana el valle de Lemos me desafiaba. Me levantaron y desayuné, luchando contra l . Salí enseguida para aceptar el reto del calor de la mañana. Me interné en el bosque hacia Monforte, a unos kilómetros. Llegué enseguida y desayuné. En unos pocos metros viajé varios siglos sin salir del valle del Cabe. Pasé la mañana transitando por la historia. Me refresqué cerca del puente romano y pasee por la calle del Cardenal, que desemboca en los Escolapios. Me dí un baño de arte. Todo esto de terraza en terraza ayudado por unos cafés con mucho hielo. Rendí pleitesía al Conde de Lemos. Un día me desvié al Pazo de Tor, una experiencia inolvidable. Visité la judería y comí en a Troula. Me puse a los pies de la torre del castillo de Lemos. Agotado volví a la residencia donde vivía, allí cené y me acostaron. Al atardecer el paisaje verde volvió a brillar como despedida. Me quedé dormido hasta el día siguiente. Todos estos maravillosos recuerdos tienen el color verde del maravilloso y nostálgico Valle, dominio, del Señor de Lemos. Y todo esto lo sentí mío desde mi ventana.

LA DECADENCIA DE FERROL

Podemos señalar el nacimiento y el auge de Ferrol durante el reinado de Felipe V (bajo la dirección del Marqués de la Ensenada). Los siglos siguientes vieron el esplendor de Ferrol, pero en los años 70 y 80 del siglo XX, sobre todo los 80, Ferrol empezó a palidecer. La reconversión industrial y la política naval de la OTAN dejarón a Ferrol de lado. Por otro lado, Felipe González potenció las bases navales del sur, Cadiz y Cartagena en detrimento de Ferrol. La puntilla la dió la supresión del servicio militar obligatorio, que privó a Ferrol de una juventud que vivía lejos de su casa y se vió inmersa en una corriente de consumismo fácil. La construcción de barcos se llevó al sur y Ferrol vió como poco a poco se arruinaba. En los últimos 40 años, Ferrol no se parece en nada al Ferrol de los años 80. Ferrol se creó entorno a la Marina y agoniza entorno a la Armada profesionalizada (inevitable por otro lado). No se hicieron a tiempo planes de recuperación de la ría y lo que se hace actualmente son improvisaciones fracasadas. El orgullo de los ferrolanos se refiere a un Ferrol que ya no existe. No es otra cosa que nostalgia, por un Ferrol que ya no volverá. En unos años de seguir así Ferrol se habrá convertido en una ciudad desierta (los habitantes se habrán ido a Narón) y llena de ruinas.

PARA LAS CÁRMENES. SALVE MARINERA

GUARNIZO EL ASTILLERO ANTES DE FERROL

Guarnizo es una pedadía del municipio del astillero en Cantabria. Se sitúa a 4 kilómetros de Santander. La población empadronada en la localidad en 2019 eran 6.355 habitantes. Se situa en el astillero de 18.111 habitantes. Fue astillero desde el siglo XVI hasta el siglo XX y el principal competidor de Ferrol. Actualmente, está poblado de pescadores que reparan sus barcas en la zona. La época más importante de Guarnizo, coincide con el reinado de los Reyes Católicos. Pero en el siglo XVIII, Felipe V decide crear un arsenal en Ferrol con lo cual Guarnizo decae. Guarnizo había comenzado su actividad naval desde el Paleolítico Inferior, pasando por los celtas y los romanos. Los celtas se agruparon en el primitivo santuario de Muslera. Posteriormente, Muslera sería cabeza de Arciprestazgo entorno al cual se creó el poblado de Guarnizo. El descubrimiento de América da mucha importancia a Guarnizo con la construcción de galeones de la Corona, gracias a la existencia de grandes bosques para la construcción de galeones. Guarnizo empieza a palidecer con el auge de Ferrol como arsenal de la corona Española.

HISTORIA MILITAR DE LA RIA DE FERROL

El primero que se fijó en el potencial militar de la ría de Ferrol fue Felipe II en el siglo XVI. Si nos fijamos, la ría de Ferrol tiene una entrada estrecha, se vuelve ancha en la mitad y es muy profunda. Esto le dá una ventaja para albergar con seguridad gran cantidad de buques veleros. Pero fue Felipe V en el siglo XVIII, aconsejado por el marqués de la ensenada (Ministro de Exteriores, Marina y Guerra), quien se dió cuenta de este gran potencial. Por ello Felipe V convirtió el puerto pesquero de San Julián de Ferrol en una gran base naval. Además era muy importante en virtud del Pacto de Familia de los Borbones. En virtud de este pacto el rey de España se comprometía a establecer en el noroeste de España una gran base naval que interceptara el comercio inglés. Además, se necesitaba una base que protegiera el comercio español con las colonias. El destino de Ferrol estaba escrito. La configuración de esta ría se puede ver en la foto que aparece abajo y que ha sido sacada por el administrador de este blog, de una maqueta en el Museo de la Exposición Naval de Ferrol. La importancia de Ferrol no se puede entender sin esta base y la crisis de esta ciudad tampoco se comprendería sin la crisis de la política naval española.

LA FAMILIA GAIBOR, JUDÍOS Y CONVERSOS EN MONFORTE DE LEMOS

El segundo Conde de Lemos, con quien tenía una estrecha relación, fue quien convenció al judío Juan Gaibor para que se convirtiera al cristianismo poco antes del Decreto de Expulsión de 1492. Era el secretario del Conde y su familia había contribuido a la prosperidad económica de Monforte de Lemos. No sólo fue él, con posterioridad, muchos otros miembros de la familia ocuparon a su vez cargos de importancia dentro del organigrama del Condado de Lemos. Por ello se hicieron influyentes en Monforte Gaibor formaba parte de una familia que había sido uno de los principales linajes hebreos en Monforte, y sería el tronco de la nueva familia conversa. Al igual que ellos, muchas otras familias dejaron el judaísmo para abrazar la fe cristiana, tanto aquellas más importantes (algunas de ellas designadas también para realizar puestos importantes en la casa de los Condes de Lemos) como otras más humildes. La casa de los Gaibor Una vez en Monforte, me comentan que la casa de los Gaibor a día de hoy sigue en pie junto a un de las puertas de la Alcazaba. Nada más pasar al recinto amurallado allí está, una imponente casa de sillería. Una casa que fue habitada por judíos y luego por cristianos, aunque unos y otros fueran las mismas personas. Una casa y una familia, conversa ahora, que no se libraron de la persecución por parte de la Inquisición por judaizantes, así Jorge Gaibor, hijo de Juan Gaibor, moriría en un viaje a Valladolid cuando iba precisamente a declarar ante un tribunal inquisitorial. Una casa que sigue en pie recordándonos un pasado lejano en el que los judíos fueron parte importante de la localidad. Es de los pocos restos que encontramos en la judería. Me acerco hasta lo que fue la sinagoga en sus tiempos, cerca de la casa de los Gaibor, pero como ya me habían avisado, no es posible ver nada. Se encuentra en una finca propiedad privada y lo único que se puede observar es la puerta y la tapia de la finca. Quizá algún día no dentro de mucho, esa puerta y esa valla se puedan pasar, y se nos muestre lo que fue la sinagoga, pero de momento nos tenemos que conformar con echarle imaginación. En Monforte, al igual que en la mayoría de las ciudades y villas, muchas familias judías importantes se instalaron cerca del castillo y del monasterio. Se daba una relación estrecha entre judíos y los señores feudales. Lo que son hoy las calles Zapatería, Pescadería y Falagueira, es donde encontramos una presencia judía más palpable aunque los restos arquitectónicos hebreos no sean muchos. Habría que remontarse hasta el año 915 como tarde para constatar la presencia judía en la villa. Un documento de ese año nombra ya a un Ismael “Judío” aunque es muy probable que ya habitaran desde el siglo IV y V debido a la tolerancia religiosa de los suevos. Es en el siglo XV, y tras las persecuciones y matanzas ocurridas en 1391 en muchas ciudades españolas, cuando hay mayor presencia de judíos en Monforte. Muchos judíos que huían de sus ciudades de residencia eligieron Galicia para asentarse ya que allí no existía ese sentimiento antisemita, o al menos no tan pronunciado, como en otras partes de España. Romanos, bárbaros, árabes y judíos en Monforte En Monforte de Lemos ha habido a lo largo de la historia numerosos pueblos y civilizaciones. Pasaron por aquí tanto romanos como bárbaros, árabes o judíos. Pasaron y se asentaron a vivir lo que ha dejado huella de todos ellos en la villa. Durante la época medieval fue una ciudad-fortaleza situada sobre un montículo rodeado de un recinto amurallado. Se incluía dentro de las murallas un monasterio y un castillo. La espada y la fe unidas como casi siempre en la Edad Media. De la muralla todavía se conserva una parte, y sigue en pié la Torre del Homenaje. Es precisamente a la vera de la torre, en la ladera del monte que sube al castillo, donde comienza el casco antiguo de Monforte, la villa medieval que incluye lo que de alguna manera podríamos considerar la zona de Influencia Judía. Si bien existe una zona que podríamos denominar el barrio judío (donde se encontraban la sinagoga, el micvc y demás instalaciones comunales), en Monforte los judíos no vivieron ni partidos ni confinados en un lugar específico sino que habitaban a lo largo y ancho de la villa. Solían tener preferencia, como en otras ciudades, por ubicarse entorno a las puertas de las villas y en los alrededores de las plazas. Eran conocidos como os amigos do Conde. Antes de la expulsión, la comunidad judía en Monforte era tan numerosa que denominaban judíos a todos sus habitantes. Durante los siglos XVI al XVIII residían un gran número de familias conversas, muchas más que en otros lugares de Galicia. Así, por ejemplo, los Coronel, Gaibor, Céspedes, Fonseca o Pereira contribuyeron en gran medida al desarrollo de la ciudad y tuvieron en muchos casos cargos destacados, llegando en algunos casos a ser incluso regidores o alcaldes. Las localidades vecinas, y seguramente por esa gran cantidad de conversos que habitaban en la villa, les “dedicaban” un dicho que decía: «Monforte de Lemos Monforte dos demos Quinientos veciños Douscentos xudíos.» «Monforte de Lemos quinientos vecinos trescentos ladrós” En muchos países de Europa y Sudamérica encontramos familias sefarditas con el apellido “de Lemos”. Tanto en Alemania, como en Holanda, Polonia, Croacia, Centroamérica, Sudamérica,…hay una gran cantidad de familias que llevan el apellido “de Lemos”. Siendo Lemos el valle situado cerca de Monforte y siendo de Lemos el apellido que llevaba la Casa Condal de Lemos, seguramente durante los siglos XVI y XVII muchas familias judías se pusieran el apellido como agradecimiento hacia dicha casa. También pudiera ser para buscar la protección de dichas familias, y en muchos otros casos porque fueran sus ancestros oriundos del valle de Lemos. El caso es que hoy, el apellido está disperso por gran cantidad de mundo colocando al valle de Lemos y a Monforte de Lemos en el mapa global.

LA MURALLA MEDIEVAL Y EL PASADO JUDÍO DE MONFORTE

La muralla rimaria fue levantada entre los siglos XII y XIII. En el siglo XV fue reformada y mejorada tras ser parcialmente destruida en las Revueltas de los Irmandiños. La construcción es una excelente manifestación del poder feudal y tiene un perímetro de más de 800 metros con varias torres y puertas. A Porta Nova presenta un arco de medio punto con los escudos de los Condes de Lemos; la Perta de La Alcazaba es más antigua que la anterior. Comunicaba la ciudad intramuros con el río Cabe y con el Puente Medieval. En alguna época fue conocida como Puerta de Pescaderías ya que en su entorno se encontraban los puestos de carne y pescado, además de un mercado con todo tipo de productos. Intramuros se estableció la comunidad judía que fue una de las más numerosas de Galicia, convirtienda el burgo medieval de Monforte en zona de ámbito judío. Los Judios se dedicaba al comercio de la seda, los paños, la platería,... muchos eran profesionales de la medicina o la abogacía en calles de ámbito judío con la Falagueira, A Calexa, Pescaderías, Zapaterías,... La calle Falagueira es una de las más importantes históricamente y una de las más pintorescas. Una la Puerta de la Alcazaba y la Puerta Nueva, por lo que era el eje principal de la ciudad medieval. En esta calle destaca la Casa de los Gaibor, una de las más importantes familias judías que vivieron en Monforte. Mientras en la calle Zapaterías, destaca en su parte baja, el edificio de la cárcel vieja, actualmente dedicado a oficinas. La zona ofrece bonitas vistas de Monforte.