No sólo la lluvia en Sevilla es una pura maravilla, como decía Audrey Hepburn en My fair Lady. En Córdoba tampoco está mal. Este pensamiento se me ocurrió el pasado mes de Septiembre. Os voy a contar.
A mediados del mes de Septiembre del año pasado el verano moría lentamente en Pozoblanco (Provincia de Córdoba) donde yo pasaba mis vacaciones -y a donde espero volver, pronto, ojalá que para siempre.
La Feria estaba comenzando y las calles estaban aún tranquilas. No obstante la gente ya abarrotaba las terrazas. Por suerte había una mesa libre (silla no me hacía falta, ventajas de moverme en silla eléctrica). Me atendió una joven cordobesa bellísima que me sirvió un descafeinado templado.
La terraza se encontraba muy animada cuando, de repente, una aislada nube negra descargó lluvia, una lluvia fina y en absoluto molesta. Los ocupantes de la terraza entraron en pánico y en pocos segundos se vaciaron todas las mesas. Sólo quedé yo. La bonita camarera salió y, extrañada, me dijo, con acento cordobés:
- ¿Y tú no quieres entrar para resguardarte de la lluvia ?
- ¿Por qué? -pregunté yo.
Elvira, la hermosa cordobesa, me respondió:
- Está lloviendo y te vas a mojar.
A lo que yo repliqué:
- Elvira, soy gallego y esto no es llover. Pero, gracias.
Ella me miró asombrada y se retiró hacia el interior para resguardarse. Efectivamente la lluvia duró poco, pero la terraza ya estaba desierta.
Y yo tan tranquilo disfrutando de mi café. Y es que no sólo en Sevilla la lluvia es una pura maravilla.
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La terraza, en la Calle del Toro, después de la lluvia |
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